¿Te encuentras bombardeado por pensamientos intrusivos de preocupación? ¿O sientes el impacto de la ansiedad en tu cuerpo? La vida actual puede parecer una receta para la ansiedad. Aquí compartimos algunos consejos para manejar la ansiedad.

Es cierto que has sido diseñado para vivir una vida de libertad, definida por la alegría. Utiliza estos consejos para dar el primer paso hacia esa libertad.

Aprendiendo de la Biblia: Marta y la ansiedad

Es bueno recordar que la preocupación y la ansiedad no son problemas nuevos. Muchos héroes bíblicos tuvieron que enfrentarse a sus propios miedos, aprendiendo a transitarlos con Dios. Volver a mirar sus vidas puede ser una excelente fuente de consuelo y enseñanza para tu propio camino con la ansiedad.

El relato de Marta es un ejemplo famoso de una persona en la vida de Jesús que se vio afectada por los miedos y la ansiedad.

Marta, que formaba parte del círculo de amigos de Jesús, se emplea a menudo como ejemplo de lo que no se debe hacer. Su hermana María, quien derramó un perfume increíblemente valioso a los pies de Jesús, es celebrada por su devoción. Marta, en lugar de sentarse a los pies de Jesús, se dedicó a recibir a sus invitados.

En Lucas 10:41-42, Jesús dice: “Marta, Marta… estás inquieta y preocupada por muchas cosas”.

En el griego original, la palabra que se usa para “preocupada” en este pasaje significa estar ansioso.

Marta no estaba sentada a los pies de Jesús, donde debería haber estado, porque estaba ansiosa. En resumen, sus ansiedades se interpusieron en su camino para experimentar un momento íntimo con Dios.

Consejos para manejar la ansiedad: Lo que Marta puede enseñarnos:

Jesús aborda la distracción y el ajetreo de Marta diciendo: “Sin embargo, una sola [cosa] es necesaria”. Jesús le está recordando a Marta que su atención debe enfocarse en él, no en su lista de tareas, ni en el desorden de la casa, ni en sus preocupaciones o atender a las personas. Esto no quiere decir que no puedas estar pendiente de tus tareas domésticas o de tu trabajo, sino que eso nunca debe causarte tanta preocupación que te aleje de Jesús.

Marta nos muestra que el miedo y la ansiedad nos roban un tiempo precioso con Dios. Como le explicó Jesús, solo una cosa es necesaria y digna de nuestra preocupación, y es si estamos sentados a sus pies o no.

Tres consejos para manejar la ansiedad

La historia de Marta explica el costo de dejar que la ansiedad gobierne nuestras vidas. La ansiedad es un ladrón que nos roba los encuentros vivificantes, reparadores y sanadores con Jesús a los que estamos invitados y que necesitamos para prosperar.

Si te sientes cansado por las pruebas de la vida, aprende del error de Marta y enfócate en la única cosa que importa. Acércate a los pies de Jesús.

Aquí tienes algunos métodos probados para ayudar a reducir la ansiedad.

1. Canta mientras atraviesas la ansiedad

En primer lugar, tomamos una hoja del libro del rey David. Cuando se leen los Salmos y se estudia la vida de David, se ven muchos ejemplos de emociones tumultuosas, temores y preocupaciones reales.

El Salmo 13 dice: “¿Hasta cuándo, Señor, me seguirás olvidando? ¿Hasta cuándo esconderás de mí tu rostro? ¿Hasta cuándo he de estar angustiado y he de sufrir cada día en mi corazón?”

Podemos aprender dos lecciones importantes de David: primero, expresa a Dios lo que sientes. No importa si no es bonito o si necesitas gritar o patalear. El lugar más seguro para expresar lo que sientes, por muy oscuro que sea, es con Dios.

Segundo, canta para superar tus miedos. David es famoso por sus canciones. Cantaba a Dios y lo alababa.

Decidir adorar, incluso cuando te sientes abrumado por la emoción y el miedo, es una poderosa declaración de fe y esperanza.

Pero yo confío

Más adelante, en ese mismo salmo, David escribe: “Pero yo confío en tu gran amor; mi corazón se alegra en tu salvación. Canto salmos al Señor. ¡El Señor ha sido bueno conmigo!”

Esta frase “pero yo confío” es fundamental.

David modela una manera sana y disciplinada de responder a los tiempos de preocupación: se alegra y adora, a pesar de sus dificultades, porque reconoce que Dios ha sido bueno con él.

Esta es la hoja que debemos tomar del libro de David. Incluso en medio de nuestras más profundas angustias, necesitamos adorar a Dios. Porque no importa a qué nos enfrentemos, Dios siempre es más grande. Y, por muy difícil que se ponga la vida, Dios sigue siendo bueno.

2. Respira y camina

Trabajar en nuestra respiración y conectar con la naturaleza son dos formas poderosas de aliviar los pensamientos de ansiedad. ¿Por qué? Hay pruebas de varios estudios (disponible en inglés) que muestran cómo ambos tienen un impacto fisiológico evidente. Como cristianos, creemos que este impacto se debe a que nuestra respiración y la naturaleza nos apuntan a Dios. Sentiremos el beneficio de conectarnos con Dios, ya que es para lo que fuimos creados.

No subestimes el impacto que pueden tener la respiración profunda y el caminar. No se trata de simples técnicas de bienestar. Son formas de conectar con Dios que, a su vez, es la mejor inversión para tu bienestar.

3. Abre tu corazón

Uno de los consejos más sencillos para manejar la ansiedad suele ser también el más difícil: abrir tu corazón con otros. No es necesario que le digas a todo el mundo que sufres de ansiedad, pero contárselo a unos pocos amigos de confianza es saludable.

Las personas con las que compartas sobre tu ansiedad, podrán acompañarte en oración y podrán ofrecerte consejo y apoyo cuando más lo necesites. Cuanto más luz de conexión humana dejes entrar, más difícil será que esos pensamientos de ansiedad sobrevivan.

Fuente: Glorify